Carta del STEC a ‘Save The Children’

Sra. Presidenta de Save The Children en España:

Desde el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Enseñanza de Cantabria (STEC), mayoritario en el sector de la enseñanza pública de esta Comunidad Autónoma, queremos comenzar esta misiva reconociendo la importante labor que la organización que usted preside ha realizado históricamente en defensa de los derechos de la infancia. Aprovechamos esta oportunidad para felicitarles por dicha labor.

Sin embargo, nos dirigimos a usted para transmitirle el profundo malestar que ha generado en nuestro sindicato, y en particular en muchos docentes que nos lo han comunicado, el informe que esta ONG publicó el pasado 18 de septiembre, titulado «Por una escuela concertada inclusiva». En concreto, las conclusiones del apartado 8 de dicho informe, en el que detallan la propuesta de Save the Children para regular la escuela concertada, han causado una gran inquietud. Estas propuestas, además, coinciden plenamente con las demandas tradicionales de las patronales de la enseñanza privada, demandas a las que siempre nos hemos opuesto.

Desde el STEC, queremos señalar que propuestas como las planteadas por su ONG, basadas en extender el régimen de conciertos a nuevas etapas del sistema educativo a cambio de una serie de condiciones y regulaciones para que la red privada de centros actúe como un servicio público inclusivo, se vienen practicando en el Estado español desde la aprobación de la LODE hace casi cuarenta años, con resultados muy negativos. En efecto, el sostenimiento económico de los centros privados con fondos públicos mediante el sistema de conciertos, que teóricamente debería equiparar las condiciones de prestación del servicio educativo en centros privados y públicos, ha demostrado ser una teoría que pocas veces se cumple en la práctica.

Salvo algunas honrosas excepciones, los centros concertados no respetan los principios que rigen una educación inclusiva, imponiendo todo tipo de filtros que segregan al alumnado por razones económicas, sociales, culturales, entre otras. Si se analiza con detenimiento la extracción social del alumnado de los centros concertados, sus niveles de renta, nacionalidad o etnia, se constata que el sistema educativo español es un sistema dual, en el que solo la red pública se esfuerza por ser inclusiva. El régimen de conciertos no ha logrado revertir esta dualidad; por el contrario, ha detraído recursos que deberían destinarse a quienes practican la inclusión para desviarlos hacia quienes practican la segregación.

Compartimos con ustedes la necesidad de hacer una oferta gratuita de puestos escolares que abarque todas las demandas que tiene la infancia en el tramo de cero a tres años, pero cubrir esta necesidad mediante la extensión del régimen de conciertos al primer ciclo de la Educación Infantil privada, es caer en los mismos errores que se han producido históricamente cada vez que un tramo del sistema educativo se concertaba. No tengan ustedes ninguna duda de que ampliar los conciertos a este ciclo no va a suponer inclusividad sino todo lo contrario, porque la experiencia de décadas ha demostrado que es imposible conciliar la naturaleza privada de los centros concertados con las condiciones de un servicio inclusivo, que solo se puede prestar desde centros de titularidad pública. Hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes, no es una buena idea.

Por último, y siempre desde el respeto que nos produce el trabajo de Save the Children, aprovechamos para ponernos a su disposición, hablar con ustedes y contrastar este tema y cuantos tengan que ver con la educación; con el fin de que puedan tener en cuenta en el futuro el punto de vista de las organizaciones que mayoritariamente representamos al profesorado de la enseñanza pública.

Atentamente,

Secretariado del STEC

En Cantabria, a 23 de octubre de 2024.

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