El sindicato docente mayoritario denuncia la voluntad de la Consejería de beneficiar al centro privado religioso de la localidad, insistiendo en la necesidad de construir aulas públicas
El Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza de Cantabria (STEC) quiere mostrar su rechazo a la solución que pretende dar la Consejería al problema de la escolarización del alumnado de Educación Infantil en Villacarriedo y plantea como alternativa la construcción de dos aulas de titularidad pública en dicha localidad.
El asunto de la escolarización de alumnado del primer y segundo ciclo de Educación Infantil (niños y niñas de entre 2 y 5 años) en Villacarriedo es un problema que se viene arrastrando desde hace décadas, y que ninguna administración educativa ha querido abordar. Ya incluso desde antes de que Cantabria asumiese las competencias en materia educativa, primero la Dirección Provincial del Ministerio, y desde el año 1999 el departamento de Educación del Gobierno de Cantabria, han venido manteniendo escolarizados en una situación completamente irregular a los niños y niñas de esas edades. En efecto, durante más de dos décadas la administración ha optado por matricular al alumnado de esta etapa en un colegio público (el CRA Río Pisueña) con sede en Santibáñez; pero los niños y niñas de Villacarriedo acuden a dos aulas de Educación Infantil ubicadas dentro de un colegio privado en esta localidad; aulas que, además, están dotadas de personal docente (funcionario) provisto por la Consejería. Durante este tiempo, se ha venido denunciando que esta solución no era buena, porque por un lado genera problemas organizativos al colegio público; y por otro, beneficia al colegio privado que hace una competencia desleal a la escuela pública, al fidelizar desde los dos años de edad a este alumnado. Proporciona, de hecho, un aula de 2 años gratuita a un centro privado de carácter religioso, cuando este nivel no está concertado con la red privada en Cantabria.
La Consejería de Educación de Marina Lombó ha tenido, como las anteriores administraciones, cuatro años para solucionarlo, y ahora se lo plantea en el último curso de la legislatura. Durante una mesa técnica reciente y después de una serie de informaciones a las que ha tenido acceso el STEC, hemos podido saber que la Consejería de Educación piensa eliminar las dos aulas públicas de Infantil ubicadas dentro del colegio privado, concediendo a dicho colegio dos conciertos educativos para que escolarice al alumnado de esta etapa.
Desde el STEC, como sindicato mayoritario de la enseñanza pública de Cantabria, tenemos que manifestar nuestro rechazo frontal a una medida que privará a las familias de la posibilidad de escolarizar a sus hijos e hijas en un centro público de la localidad de Villacarriedo, puesto que tendrán que optar entre hacerlo en otro pueblo o enviarlos al centro privado al que ahora se le conciertan (con un coste superior a los 86.000 euros) dos aulas de Infantil. Desde un punto de vista puramente laboral, implicará la pérdida de tres puestos de trabajo públicos: dos maestras y una técnico superior de E. Infantil.
Este sindicato considera que la situación de dos aulas públicas ubicadas dentro de un colegio privado es impresentable por lo que tiene de único e irregular en el conjunto de la red pública de Cantabria; pero que la solución que ahora se pretende dar no es admisible. La Consejería ha tenido tiempo de sobra para negociar una salida a este problema histórico, y pretende hacerlo ahora, sin negociación, con prisas, al final de la legislatura, perjudicando a la enseñanza pública y beneficiando a la privada. Es ésta una tendencia que viene repitiendo la Consejería (la de beneficiar a la enseñanza concertada en detrimento de la pública) que atenta contra toda lógica educativa y social. El Partido Regionalista, que asumió la Consejería de Educación hace cuatro años, tiene que explicar a la sociedad cántabra qué sentido tiene subvencionar con dinero público negocios educativos privados, en lugar de dotar correctamente la única red que depende directamente de ellos y garantiza la igualdad de oportunidades para todo el mundo: la Educación Pública.
Desde el STEC planteamos que la excepcionalidad de Villacarriedo debe corregirse en lugar de agravarse, caminando hacia el mismo modelo que se sigue en el conjunto de la escuela rural de Cantabria. No puede ser que se elimine la oferta pública de plazas de Infantil y en su lugar se concierte esta etapa con un colegio privado. La Consejería de Educación tiene la obligación de mantener esta oferta de plazas públicas de Infantil en esta localidad, y para ello la única solución es la construcción o habilitación de espacios municipales para dos aulas de Infantil públicas en Villacarriedo, dotadas al menos con el mismo personal que tenían hasta ahora.