«Hoy hay más inversión que nunca en la historia de Cantabria en el sostenimiento de centros privados con fondos públicos”, proclamó en noviembre el diputado y portavoz de Educación del PP en el Parlamento autonómico, antes de aprobar con la ultraderecha una moción para extender los conciertos a etapas postobligatorias (Bachillerato) e incluso para cargarse la planificación escolar.
Replicaba al diputado ultra que reprochaba a Silva tibieza al respecto «por miedo al STEC«. En realidad, lo que temen es a un colectivo docente consciente, organizado y movilizado ante la situación que vive la Educación Pública de Cantabria con la bajada de natalidad, que es de lucha por la supervivencia, frente a una privada que supone una competencia desleal por estar doblemente financiada, cobrando cuotas ilegales y conciertos injustificables. Estos días, tras la huelga, están afectados, tirando tinta para confundir.
Recordemos, igualmente, que los presupuestos de este Gobierno para 2025 han supuesto “el mayor frenazo a la inversión educativa en la última década”, pese a que las partidas a la concertada hayan crecido un 4,3% hasta los 103,7 millones.
Orgullosamente, l@s docentes de Cantabria estamos demostrando una gran capacidad para separar la propaganda gubernamental de la realidad. Cuando nos hablan del presupuesto en Educación, sabemos separar la Pública de los conciertos a la Privada; cuando nos hablan de récord de docentes, sabemos matizar que hay récord de jornadas parciales y precariedad; cuando nos habla de tablas salariales, sabemos explicar nuestra posición real y diferenciar bruto de neto; cuando nos habla del porcentaje de huelguistas, sabemos evidenciar que está manipulando los datos; y cuando nos habla de «complemento de asistencia» hemos sabido mandarle a… siglos pretéritos en que el salario dependía de la salud.