A veces no de manera inmediata, ni ideal, pero las iniciativas que emprendemos y las denuncias públicas que llevamos a cabo desde el STEC, acaban dando resultado. Es el caso de las comisiones bancarias que sangraban a los centros educativos públicos de Cantabria:
Ya el curso pasado, haciéndonos eco del malestar que nos trasmitían desde varios colegios e institutos públicos de nuestra Comunidad, trasladamos a la Consejería la necesidad de alcanzar algún tipo de acuerdo o convenio con entidades bancarias, que en algunos casos habían sido rescatadas con dinero público o recibían subvenciones, para que dejaran de cobrar comisiones por cualquier movimiento que llevaran a cabo los centros.
Como no se produjeron avances durante el verano, en la rueda de prensa de comienzo de curso, fue uno de los temas que pusimos encima de la mesa, cooperando con los equipos directivos de varios centros para hacer un cálculo aproximado del dinero que podrían estar apropiándose los bancos de cobrar comisiones por cada movimiento como el pago de comedor, y se alcanzaba ¡el medio millón de euros anual!. Tuvo eco en prensa y radios:
Posteriormente hemos continuado presionando sobre esta cuestión, hasta que por fin en estas fechas la Consejería ha anunciado a los centros una oferta de un conocido banco con domicilio social en Santander que, sin ser totalmente libre de costes como pretendíamos (seguirá cobrando algo por cobro de cheques y devoluciones), mejora notablemente las condiciones que tenían la mayoría. Tengamos en cuenta que los centros, en el contexto actual, necesitan una cuenta corriente para multitud de cuestiones, pero no tenían una nómina que domiciliar, ni ninguna de las condiciones habituales que se vinculan a las ventajas bancarias, por lo que estaban en muchos casos «vendidos».
Al parecer, aprovechando que el Deva pasa por Potes, pretenden difundir de paso productos del banco entre el funcionariado. Como siempre le decimos a la Consejería, tiene que mantenerse al margen de intereses empresariales, no está entre sus competencias actuar de agente comercial.
Evidentemente, desde el STEC desearíamos que hubiera una banca pública y ética, especialmente para este tipo de funciones, cuidando a centros públicos sin ánimo de lucro como son los colegios e institutos. Pero en el contexto actual, nos alegramos de que al menos se reduzca notablemente la sangría que venían sufriendo con las comisiones bancarias, y los centros puedan disponer de algo más de recursos económicos para sus necesidades.