El STEC, sindicato mayoritario de la Educación de Cantabria, quiere ahora que nos dirigimos a cerrar el año 2024 dar a conocer, ante la opinión pública, la deriva autoritaria de la Consejería de Educación, que no ha sabido enfrentar de mejor manera las legítimas reivindicaciones de los trabajadores y trabajadoras de la Pública.
Ya el año pasado tuvimos que denunciar las maniobras de la Consejería, en concreto desde el área que dirige José Luis Blanco (mano derecha del consejero Serna durante la época más dura de recortes en nuestra historia reciente), para censurar que se hablara de la adecuación en los claustros, que siempre han sido espacios de información y debate para los docentes.
Hasta tal punto están Consejería y Gobierno fuera de lugar, que está desobedeciendo la PNL del Parlamento de Cantabria, que instó al ejecutivo por unanimidad a negociar una adecuación retributiva lineal, que no se ha producido.
El “buen talante” de los responsables de la Consejería dura lo que tarda en llegar cualquier atisbo de crítica. Durante el encierro docente en la sede del Gobierno, que fue en todo momento pacífico y respetuoso con el funcionamiento del edificio, el Gobierno solicitó la expulsión por la fuerza de “los 9 de Peña Herbosa”. Cuando la Delegación del Gobierno desestimó esta posibilidad por tratarse de un conflicto laboral sin problema de orden público, llegaron a impedir el acceso de comida, muda y atención médica para expulsarnos, hasta que vieron que la reacción generada les resultaba contraproducente.
Mientras, desde fuera, el consejero Silva iba deslizando datos inexactos sobre nuestra condición salarial o las sustituciones, para tratar de dañar la imagen pública del colectivo al que pretende representar. Por no hablar del mensaje que hizo llegar a los equipos directivos de la privada concertada, buscando enfrentar a los trabajadores en la previa de la histórica movilización del 27 de noviembre en el Río de la Pila.
Mas los ‘tics autoritarios’ de la Consejería no acabaron con nuestra salida de Peña Herbosa, pues el traslado de los encierros a los centros trasladó igualmente los movimientos liberticidas de la Consejería. En un intento de matar moscas a cañonazos, la Consejería emite una circular el 26 de noviembre, en la que vuelve a hacer una interpretación capciosa de la legislación, con una referencia descontextualizada a la Ley de Patrimonio para criminalizar los encierros en los centros. Para colmo, instaba a valorar “solicitar el auxilio de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado”.
Lejos de corregir esta actitud, la Consejería ha reincidido las siguientes jornadas de encierro en el envío de circulares similares, que no amedrentaron ni van a amedrentar al colectivo docente, decidido a reclamar la pérdida de poder adquisitivo que le corresponde tras casi 17 años esperando.
La última ocasión en que la Consejería ha mostrado su verdadera cara ha sido el pasado miércoles, cuando acudimos a su solicitud de decorar el árbol de Navidad con lazos verdes y postales en que le deseábamos una “feliz adecuación salarial”, pero no nos permitió el acceso al edificio público.
STEC se felicita por la activación movilizadora del profesorado, agradeciendo también las numerosas muestras de apoyo que está recibiendo de la comunidad educativa y el conjunto de la sociedad cántabra, que ha entendido que se destina dinero público a cuestiones menos prioritarias que adecuar nuestras condiciones laborales. Considera que el consejero Silva y la presidenta Buruaga están perdiendo cualquier crédito entre el colectivo docente, aislados políticamente por su decisión de negar cualquier partida de adecuación en los presupuestos.
Por último, el STEC ha recordado que todos los avances sociales se han conseguido reivindicando, advirtiendo a Consejería y Gobierno que no va a conseguir frenar las protestas por la vía del autoritarismo, sino dignándose a negociar, respetando los consensos y planteando propuestas.
Eco de la rueda de prensa en medios:
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